Recetas de 6 abonos naturales para el cuidado nuestras flores y plantas, y otros remedios - Mercado de Tolosa

Recetas de 6 abonos naturales para el cuidado nuestras flores y plantas, y otros remedios

#Huerta #Ikastaroak
El jueves nos reunimos alrededor de 20 personas en la casa de cultura para aprender a elaborar abonos naturales. La agricultora Ainitze Sala nos dio un montón de indicaciones y recomendaciones.

El curso comenzó con una interesante reflexión sobre los modelos agrícolas. ¿Qué modelo queremos, el convencional o el químico o industrial?

En este sentido, señaló la importancia de tres sistemas que tienen en cuenta la biodiversidad y la simbiosis: la permacultura, la biodinámica y la agricultura sintrópica. Otro día hablaremos de todo esto, que es realmente interesante.

También nos dio instrucciones para cuidar la tierra, claves para elaborar diferentes tipos de compost, fertilizantes verdes, o la importancia de la asociación y la rotación. Y, luego ya sí, nos enseñó a hacer algunos preparativos que podemos hacer en casa para cuidar las flores y las plantas y evitar plagas y enfermedades.

Antes de empezar, algunas recomendaciones
  • Se pueden utilizar plantas secas o frescas, en este caso cambian las proporciones a utilizar. La proporción más utilizada es un kilo de plantas frescas o 200 gramos de plantas secas, por cada 10 litros de agua.
  • Utilizar agua libre de cloro. Lo mejor es el agua de lluvia o agua de manantial.
  • Guardar en recipientes cerrados y herméticos, en lugares oscuros.
  • Utilizarlos una vez al mes o cada dos semanas.
  • Es mejor aplicarlos después de haber regado las plantas.
  • En los casos de uso estimulante, conviene humedecer las hojas por la mañana; por la tarde se riega el tallo. Si es contra insectos, las hojas se humedecen por la tarde.  Y si es para tratar enfermedades, las hojas se mojan en cualquier momento del día.
Abono de ortigas

Es muy útil para potenciar las plantas y también es fungicida –para la prevención de hongos– y repelente de insectos. El proceso de elaboración consta de tres etapas:

  1. Meter en un recipiente no metálico un kilo de ortigas frescas y 10 litros de agua. Tapar con un trapo y mezclar bien todos los días. A los 3-4 días conseguiremos una maceración. En ese tiempo se producirá un mal olor, pero tranquilidad, es buena señal.
  2. También se puede utilizar esta maceración para labores preventivas, introduciéndola en una mochila de pulverización. La disolución requeriría, en ese caso, las siguientes proporciones: por cada vaso de maceración de ortigas, 15 vasos de agua.
  3. Fermentación. A partir del cuarto día, le saldrá espuma, pero seguiremos unos 10 días más.
  4. Pasados esos días, filtrar la mezcla e introducirla en botellas. Guardarlas en un lugar oscuro y fresco durante un máximo de 3 meses. Los excedentes se pueden tirar al compost para ayudar a acelerar el proceso.
Abono de cola de caballo

Si una planta sufre heridas por la rotura de alguna rama, el abono de cola de caballo servirá de ayuda, ya que es regenerador de células, además de un potente fungicida. Se puede aplicar a partir de marzo, hasta finales de verano, cada 15 días, sobre todo al anochecer, para hacer daño a los hongos. Además, es compatible con el abono de ortigas, por ejemplo.

  1. En una cazuela poner 2 litros de agua y llevar a ebullición.
  2. Añadir 100gr. de cola de caballo fresco picado y ponerlo a fuego lento con tapa.
  3. Hervir durante 25-30 minutos, retirar del fuego y dejar reposar hasta que se enfríe.
  4. Filtrar y verter a un pulverizador para su uso.
Abono de consuelda

Esta flor puede extenderse por las huertas, ya que es ideal para dar de comer a la tierra. El cultivo de la propia planta también ayuda porque tiene raíces muy profundas y expulsa los nutrientes subyacentes. También se puede utilizar como abono, porque ayuda a las plantas a fortalecerse. Para ello, sigue los siguientes pasos:

  1. En un recipiente, echar 10 litros de agua por cada kilo de la planta y taparla con un trapo.
  2. Dejar reposar 10 días y mezclar cada dos días.
  3. Pasado ese tiempo, filtrarlo y guardarlo en botellas.
  4. Para su uso en la huerta, se deberá volver a mezclar el abono con agua: por cada 100-200 ml de abono, añadir un litro de agua.
Abono de ajo

El ajo es un gran insecticida, fungicida y bactericida que ayuda a evitar enfermedades y plagas. También es ideal para plantar entre otras verduras, ya que realiza una excelente asociación con árboles, tomates, zanahorias, fresas o alubias. También se puede hacer un abono:

  1. Picar cinco cabezas de ajo en mortero o en batidora
  2. Añadir un litro de agua en una cazuela y añadir el ajo picado
  3. Mantenerlo tapado 24 horas con un trapo
  4. Pasado ese tiempo, cocer a fuego bajo, sin tapar durante unos 20 minutos, y luego dejarlo hasta que se enfríe.
  5. Estará listo para filtrar y pulverizar. Eso sí, intenta utilizarlo en el momento. Puede durar un máximo de dos días en la nevera.
Fertilizante de cebolla

La cebolla, además de ser fungicida y bactericida, enriquecerá la tierra con potasio, calcio, hierro y vitaminas. Al igual que el ajo, tiene buenas asociaciones con diversas hortalizas, por lo que el cultivo entre ellas beneficiará a las plantas: berenjena, calabacín, escarola, espinaca, tomate, zanahoria, remolacha, pepino, fresas…

  1. Picar las cáscaras de cebolla
  2. Añadir 2 puñados en un recipiente con un litro de agua y dejar reposar durante 24 horas.
  3. Filtrar y utilizar como está en el momento.
Abono de ajo y cebolla

También se puede hacer otro tipo de abono mezclando ambos.

  1. Picar 8 cabezas de ajo y 2 cebollas
  2. Poner 2 litros de agua en un recipiente y echar la mezcla. Reposar durante 24 horas.
  3. Pasado ese tiempo, cocer durante 20 minutos
  4. Colar, y para usar, mezclar un litro de la mezcla y otro de agua.
Otros enriquecedores

También hay otros fertilizantes beneficiosos para la huerta. Por ejemplo, abonos de helecho o hiedra. En el caso del helecho, se trata de un gran donante de potasio que puede ser utilizado contra plagas, una vez infusionado.

En el caso de la hiedra, en cambio, se puede utilizar en lugar del jabón potásico, ya que se trata de un gran insecticida, para lo que el fertilizante se hará de forma similar a los demás, mezclándolo con el agua y dejándolo fermentar. En este caso, la disolución será del 5%.

Plantas medicinales aromáticas y flores repelentes

Hay otras flores y plantas que tienen esa función y que podemos plantar tanto en la huerta como en casa. Muchos de ellos, además, nos servirán para cocinar. Y, cómo no, muchos otros aportarán un aroma especial al entorno. Algunos ejemplos son:

Tagete, caléndula, capuchina, tanaceto, girasol, consuelda, zinnias, borraja, milhojas, romero, lavanda, tomillo, salvia, albahaca, perejil, menta…