Encontramos el manzanal tan precioso como elegante. El caserío Eceizabarrena cuenta con ocho hectáreas de manzanos a ambos lados de la carretera que conduce a Urkizu. ¡Tal vez hayas pisado, al ir en bicicleta o a pie, alguna manzana caída al borde de la carretera!
Hace 25 años tomaron la decisión de convertir el caserío en una productora de manzanas. Y al primer árbol le pusieron el nombre del abuelo: Hilarión. Sigue ahí, fuerte y fértil.
Esta evolución no la hicieron de cualquier manera: este terreno es muy rocoso y no era muy útil para la plantación. Aprovechando que se estaban realizando los trabajos de dragado del río Oria, trasladaron allí la tierra retirada. Por sus características obtenidas gracias al río, la tierra benefició el crecimiento de los árboles, ya que estaba más oxigenada y acumulaba muchos nutrientes.
También dispusieron de maquinaria para poder explotarla mejor: distanciamiento, nuevas técnicas, sistemas de canales para riego y fertilizantes…
En la actualidad cuentan con once variedades de manzanas, entre las que se encuentran las autóctonas Errezil, Urtebi txiki y handi, Saltxipi, Urdin y Moko. Eso sí, todas ellas ideales para elaborar sidra.
Venden todas las manzanas a productores de sidra. La cosecha es muy variable de un año a otro: han llegado a recoger 350, mientras que en la misma parcela, al año siguiente, sólo 30. “Es muy difícil saber de antemano cuánto vamos a recoger; es impredecible”.
Aún así, nos atrevimos a preguntarle a Joxe: ¿Cómo será la cosecha de este año? “Ahora que están en flor se puede ver cuántas manzanas pequeñas están saliendo. Sin embargo, los árboles, si no tienen suficiente fuerza, van soltando esas manzanas. Por eso es tan difícil predecir. Sin embargo, creo que este año será una buena cosecha”, nos explica.
Son muchos los aspectos que hay que cuidar en el crecimiento de los manzanos. A veces hay que podarlos en hasta dos ocasiones, ya que en vez de dar manzanas tienden a centrarse en crecer sus ramas. “Hay que orientarlos, en cierto modo, enseñarles a que deben dar fruto”.
La cantidad de luz que reciben es también un factor clave, como con el resto de plantas y arbustos. Antes los árboles crecían en forma redondeada, pero debido a la sombra no se daban tantas manzanas. Por eso ahora obligan a los manzanos a crecer en forma de cono.
Pero, ¿cómo surge la manzana en sí? En este punto llegamos a un importante paso: la polinización. Cuando los árboles florecen, en estas flores se forma el polen, y las abejas permiten la polinización, ya que transportan el polen de un árbol a otro, generando el cruce necesario para formar los frutos.
Por algo recalcamos que debemos proteger a las abejas. Son la magia de la naturaleza.