Miren relevó a sus padres en el puesto de la Azoka, donde vende productos elaborados en casa, variados y de época . La familia lleva unos 30 años viniendo. Dice que casi todo el cultivo se realiza fuera y sin medicación, excepto el tomate, en cuyo caso se cría dentro del invernadero y se les añade medicación ecológica para combatir la oxidación. Le gusta la marcha del sábado, tener un trato personal con el cliente y ofrecerle un buen género.