La suya es una familia íntimamente ligada al mercado y a la huerta, que llevan cerca de 100 años sembrando y vendiendo verduras y plantas de temporada.
Lo aprendido en todos estos años no caben en un solo artículo, pero hemos resumido en cuatro puntos importantes algunas de las razones del éxito de la familia Peña:
Conocer los hábitos de compra
A lo largo de la mañana del sábado muchos de los asistentes al mercado, y al puesto de Peña en concreto, son compradores habituales. Y tienen hábitos fijos de consumo.
“En general, nuestros compradores saben lo que quieren y no es fácil introducir nuevos productos en la plaza”.
Acelga, borraja, escarola, col, cebolleta, tomate, pimiento… Los productos tradicionales son los que más venden y son los que más elaboran.
Trabajo diario
Adaptándose a las condiciones de cada temporada, siembran y crían diferentes alimentos tanto al aire libre como en invernadero, “aunque últimamente están cambiando bastante las épocas, vamos improvisando un poco y adaptándonos”.
Más que atados a la tierra, viven mirándola. Atentos a los daños por plagas y cambios de tiempo. En estos trabajos cotidianos se ven y aprenden los detalles más importantes: qué planta viene bien, cuál no se ha agarrado a la tierra, con quién estar atento, qué es lo que exige más trabajo…
Bolsas de productos
Los visitantes habituales de la feria tienen claro lo que quieren. Tanto, que también existe la posibilidad de pedir todo lo que quieran y recogerlo todo en una bolsa. La fórmula es solicitarlo y recogerlo a través de un mensaje.
Así, además de agilizar el trabajo, no hay riesgo de llegar a la plaza y encontrarse con la mesa vacía. El comprador puede pasar a buscarlo toda la mañana.
Seguir con la transmisión
Las ferias que han conocido Peña o sus padres y abuelos no son las mismas que conocemos hoy. Ni como las que el hijo de Pío, Iñaki, conocerá en el futuro.
Actualmente trabajan juntos para que no se detenga la tradición. Transmitiendo la importancia de seguir trabajando la tierra generación tras generación y manteniendo la tierra sana, interiorizando día a día todo aquello que se aprende fuera de las aulas, en contacto directo con la materia.